10 de octubre de 2011

Doce horas en La Habana

Cuando vio la habitacion que le asignaron en el hotel en el que iba a descansar, despues de un largo año de trabajo,tuvo que fajarse con el personal del Riviera para que le cambiaran a otra menos infame; resignacion, se dijo a si mismo, esto es cuba, no New York. En el cambio se cruzo con dos señoras de ya cierta edad, compañeras de vuelo, que llevaban el disgusto en su mirada, despues de ver la suya: suciedad, humedades y algunas cucarachas, ya cadaveres, en un hotel de " varias estrellas".
En el desayuno le impresiono el terror que sintio la nueva camarera al darse cuenta de que habia cometido el error de repartir la unica bandeja de jamonada que habia: que has hecho, le dijo una compañera con mas experiencia que ella, era para el director del hotel! se lo dijo delante de los clientes, en su mayoria extranjeros, como si fueran invisibles.
A la salida del hotel, a unos cincuenta metros, alguien que se identifico como un trabajador de la cocina del Riviera, les ofrecio comprar jamonada: asere, trabajo en el hotel, comprenmela!
Intento fallido de comprar pan y otros alimentos en una panaderia del centro: se lo imipidieron las moscas.
Intento fallido de comprar pasteles en una pasteleria: no llego a entrar en el establecimiento, se quedo miran el flujo de cucarachas que entraban y salian de un agujero justo en la entrada del local, como hormigas hambrientas.
En el Paseo del Prado compro una "pizza" a una chica que saltaba de alegria cuando le pago cuatro cucs en vez de cuatro pesitos cubanos; apenas un bocado y la regalo a un niño que le miraba.
Compro una cocacola y la tuvo que regalar cuando le pidio un trago una chica sedienta.
Entro en un restaurante y otro chiquillo hambriento le suplico comida con la mirada; adquirio un pedazo de pollo con papas y cocacola y este, en vez de comerla inmediatamente, se la llevo quien sabe si para vender o para compartir quiza con otro hermanito.
Pasaba por una calle de habana vieja y una "señora" le ofrecio los servicios sexuales de una menor, quizas su propia hija, no representaba mas de trece años. Al ofenderse por el ofrecimiento, esta le insulto llamandole maricon, como si ser gay seria un insulto.
Si esto es la vida de un turista que sera la de un cubano!

No llevaba doce horas en la habana.

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